Teorías sobre la Restauración III

Hoy vamos a terminar con el tema de las diferentes teorías sobre la restauración y conservación del patrimonio histórico y artístico. En concreto, nos fijaremos en la restauración tras la II Guerra Mundial. Hay que tener en cuenta que tras la guerra se inicia una etapa de reconstrucción de las ciudades y monumentos dañados, especialmente en Alemania e Italia. Italia seguía estando en la vanguardia en temas de restauración, y en este ambiente continuaron los debates sobre las diferentes teorías.

El problema principal era la urgencia. Había prisa por reconstruir las ciudades, y la llamada "restauración científica" (véase el post anterior http://www.pensandoenarteblog.blogspot.com.es/2013/04/restauracion2.html) no era muy rápida, por lo que surgen otras corrientes.

El restauro crítico y Cesare Brandi:

Es una de las nuevas reflexiones teóricas, que surge hacia 1944 de la mano de Roberto Pane y Renato Bonelli. Los principios en los que se rigen son que el verdadero valor del monumento reside en su realidad artística y no sólo en su carácter documental, por lo que hay que unificar restauración con estética. Eso exige un juicio crítico para poder valorar lo que le confiere al monumento su cualidad artística. Además de asegurar su permanencia hay que recuperar la obra, lo que lleva a una acción creadora. Esto supone una estrecha relación entre el proceso crítico y el acto creativo. Esto no quiere decir que esta postura esté cercana a la reconstrucción estilística.

Dentro de esta corriente, nos encontramos con Cesare Brandi (1906-1986), que fue además, uno de los fundadores del Istituto Centrale del Restauro en Roma. Para él, la obra de arte tiene dos vertientes, una instancia histórica y otra estética. La prioridad debe ser la consistencia física de la obra, y el aspecto artñistico. No os quiero aburrir demasiado con sus teorías, pero desde luego supuso un cambio importante en el debate sobre la conservación y restauración de monumentos. Su trascendencia llego a la Carta de Venecia de 1964 y a la Carta del Restauro italiana de 1972.

En el anterior post, hablamos de Torres Balbás. La guerra civil truncó el desarrollo teórico y práctico de la restauración. De hecho, en 1939 fue depuesto de sus funciones y se colocó a Pedro Muguruza, arquitecto encargado de las mayores restauraciones del franquismo durante muchos años. Obviamente, tras la guerra civil había mucho trabajo por hacer, pero se produjo una vuelta atrás hacia posturas tradicionales cortando los avances que se había producido en el campo de la restauración durante la República.

Además, se produjo un hecho importante, a la hora de reconstruir se dio importancia a enclaves importantes o simbólicos para el régimen franquista. Un ejemplo es la la restauración del monasterio de Yuste, encargada a González Valcárcel. Se primó a los edificios del Estado y de la Iglesia, y también a las localidades adoptadas por Franco, como Brunete, Belchite,etc. Algunas de las actuaciones fueron muy criticadas posteriormente (el mejor ejemplo podría ser el de la catedral de la Almudena).
Hubo una especie de afán medievalizante, y en concreto, a partir de los años 60, una obsesión por los Paradores de Turismo. En pocos años se inauguraron más de 15 en edificios históricos. Estos edificios fueron transformados para el nuevo fin. En algunos casos como los conventos y palacios, no fue tan difícil adaptarlos, pero el caso de castillos y fortalezas, ha sido bastante más cuestionado. Muchas veces, se buscó la apariencia pintoresca y se ignoró su realidad histórica. Algunos ejemplos, son el de Jaén, Alarcón, Olite, Oropesa, Sigüenza...

A partir de 1975 hay un cambio evidente. Tras la dictadura, se van asimilando las ideas del restauro crítico, y surgen tres figuras claves: Antonio González-Moreno i Navarro, Antón Capitel e Ignasi Solá-Morales i Rubió. En los últimos años, las actuaciones que se realizan son muy diversas y con resultados más o menos admirados o criticados. Entre estos últimos estaría la restauración que realizaron Giorgio Grassi y Manuel Portaceli del Teatro Romano de Sagunto. En el lado contrario estaría el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, de Moneo, muy aplaudido por su integración, y la intervención en la iglesia de Sant Quirce de Pedret por Antonio Gónzalez Moreno i Navarro.

Teatro Romano Sagunto antes de la restauración

Después de la restauración
Museo de Arte Romano de Mérida
Os dejo algunos artículos sobre el tema:
- Sobre la restauración del Teatro Romano de Sagunto y la petición de que se vuelva a dejar en ruinas:
http://cultura.elpais.com/cultura/2008/01/02/actualidad/1199228402_850215.html
http://www.espacioluke.com/2003/Octubre2003/txarly.html
- Sobre el Museo de Arte Romano de Mérida:
http://museoarteromano.mcu.es/


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